Notícies de premsa sobre les casernes de Sant Andreu
Les casernes, de mal en pitjor.
Recull d'articles publicats darrerament sobre la situació de les casernes.
EL PAÍS | Cataluña - 06-09-2003
Pese a que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) suspendió cautelarmente la expulsión de España de Yerko Toro, portavoz de los habitantes de los cuarteles de Sant Andreu, el juez instructor ha decidido prolongar su detención.
Arlette Pallés, abogada de Toro, explica que el juez instructor no reconoce la suspensión porque argumenta "que no tiene la seguridad de que ésta no vaya a ser levantada por alguna razón". Lo que teme Pallés es que el juez mantenga encerrado a Toro hasta el 19 de septiembre, fecha en la que se cumplirán 40 días de la detención, el tiempo máximo establecido por la ley para las personas que están esperando que se haga efectiva la orden de expulsión.
Enrique Mosquera, portavoz de Papeles para Todos, afirma que no hay duda de que la detención del portavoz pretende "sacarse de en medio a un líder de los inmigrantes y debilitar así la resistencia al desalojo de los residentes de los cuarteles".
De momento, y hasta ver cómo se resuelve la situación de Toro, los edificios de Defensa presentan un aspecto desértico y extrañamente silencioso. Si en julio se cifraba en más de 500 el número de moradores de estas inmensas instalaciones, ayer los propios protagonistas hablaban de un máximo de 150, todos pendientes de los vaivenes de los coches policiales.
Mosquera sostiene que un centenar de inmigrantes han sido detenidos y expulsados del país en el último mes y otros muchos han optado por abandonar el recinto para evitar toparse con los agentes o para trabajar en la recogida de fruta. Cruz Roja, por su parte, ha realojado a más de un centenar de estos inmigrantes.
Mahha Oulquiad,portavoz de los marroquíes, denunció ayer que la mayor parte de los detenidos son marroquíes o argelinos. Tiene claro que las administraciones no pretender realojarlos en otros espacios, sino echarlos del país. Pero la expulsión "no soluciona nada, porque el problema de los cuarteles resurgirá en otro lugar", concluyó Oulquiad.
QUEJAS DE LOS INMIGRANTES INSTALADOS EN LOS CUARTELES
Los ocupantes de Sant Andreu bajan a 200
• El colectivo denuncia la presión policial de agosto
JORDI CORACHÁN
BARCELONA
El número de ocupantes de los antiguos cuarteles de Sant Andreu se ha reducido a menos de la mitad durante el mes de agosto. De las 500 personas que había hace un mes quedan sólo unas 200.
Las razones hay que buscarlas en la "enorme presión policial", según denunciaron ayer representantes de los inmigrantes. Más de 100, en su mayoría marroquís y argelinos, han sido expulsados a sus países y 50 más se encuentran hoy internadas en la comisaría de la Verneda, entre las que destaca Yerko Toro, portavoz del colectivo. A éstos hay que sumar los 132 ocupantes que se han acogido al plan de realojo de la Cruz Roja.
Los representantes de los inmigrantes se quejaron amargamente en una rueda de prensa de la actuación de las administraciones implicadas: Ayuntamiento de Barcelona, Generalitat y Gobierno central. En su opinión, los tres organismos han optado casi exclusivamente por la "represión policial". "Aquí no hay ninguna política social eficaz. O aceptan los dos meses de alquiler que ofrece la Cruz Roja o los deportan", afirmó Enrique Mosquera, de Papeles para Todos.
PERMISO PROVISIONAL
Mosquera subrayó el esfuerzo de moderación del colectivo, que anunció que no se opondría por la fuerza al desalojo. "Mucha gente, con posibilidades de trabajar, se conformaría con un permiso provisional. En cambio, sin papeles nadie quiere contratarlos", remachó Mosquera.
En la rueda de prensa, representantes de los magrebís y subsaharianos criticaron la falta de alternativas. "La Administración no hace centros de atención porque dice que son campos de refugiados y, en cambio, te encarcela durante 40 días en un sótano de la comisaría de la Verneda", afirmó un argelino puesto en libertad el miércoles tras pedir su abogado el amparo judicial.
CATALUNYA
Vivir entre máquinas y escombros
El trabajo de las excavadoras no para en los cuarteles de Sant Andreu aunque no hay aún sentencia sobre el desalojo
CAROL ALVAREZ
BARCELONA.- Cada vez hay menos paredes en pie, pero un centenar de personas aún malviven en los antiguos cuarteles de Sant Andreu. Las máquinas excavadoras son las reinas del paisaje. Aquí y allá, montañas de escombros anuncian, con más claridad que carteles de neón, que la situación excepcional en los cuarteles llega a su fin.
Apenas han transcurrido unas semanas desde que se celebró la vista por la demanda de desahucio presentada por el Ministerio de Defensa contra los ocupantes de los cuarteles. Entonces, más de 500 personas de 20 nacionalidades distintas convivían en las instalaciones. Ahora, el grupo de resistentes no supera las 150 personas.
En este tiempo, la detención de cerca de un centenar de inmigrantes en las diferentes redadas y controles policiales ha provocado la expulsión de unos 80 ocupantes de los cuarteles, según explicaba ayer Enrique Mosquera, de Papeles para todos.
Otros 200 habitantes de los cuarteles de Sant Andreu han ido abandonando paulatinamente las instalaciones tras acogerse a la oferta de realojo en pisos de alquiler de la Cruz Roja, o bien tras desplazarse a otras zonas para trabajar en la recolección de la fruta. Otros de los inmigrantes que se han marchado lo han hecho, simplemente, por el miedo a ser detenidos.
Así lo sostienen los representantes de algunos colectivos de los cuarteles, y también organizaciones como Papeles para todos.Y el caso es que la vida allí es aún más difícil. Ya tienen duchas, instaladas por la organización Metges pel Món gracias a la donación de un benefactor económico. Pero el miedo a los controles policiales les hace ser precavidos, y permanecer más tiempo del deseado en las dependencias donde duermen y hacen vida. Quieren pasar desapercibidos: apenas hay corrillos de gente en la explanada central, donde tantas veces habían jugado al fútbol partidos con equipos que se formaban por nacionalidades. Ni tampoco suena la música como antes.
La polémica del realojamiento también está muy viva. Los inmigrantes denuncian que las ofertas no se hacen a todos por igual, y que, por ejemplo, los subsaharianos han sido consultados sobre un posible alojamiento en Girona, y en cambio, los marroquíes no saben nada.
Mahha, el portavoz de los inmigrantes marroquíes, por su parte, lamentaba ayer que son especialmente perseguidos por la policía.Su expulsión al país de origen es más «barata» y sencilla que la que supondría la extradición de un ciudadano ghanés o de algún país del Este.
En el centro de internamiento de la Verneda, según señalaba ayer el portavoz de Papeles para todos, casi un 70 por ciento de los reclusos procede de los cuarteles de Sant Andreu. Entre ellos, Yerko Toro, el ciudadano chileno que se erigió en representante de los inmigrantes y que lleva desde el 9 de agosto privado de libertad. Aunque el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya resolvió suspender cautelarmente la orden de expulsión acordada por el juzgado de instrucción número 30, el juez no ha modificado su situación. Y la sentencia sobre el desalojo, no llega.
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